Putin, ¿fascista o comunista?

Lo más lógico sería pensar que viniendo de la KGB, es decir de los espías de la Unión Soviética, fuera comunista. No puede negar que lo fue, en la serie documental Putin: de espía a presidente, hecho para la BBC, lo confiesa en primera persona, no es ningún secreto.

Pero al igual que erróneamente se sitúa a Hitler en la derecha, las apariencias engañan y los datos nos lo aproximan más al fascismo que al comunismo, y en concreto más al fascismo original, al italiano de Mussolini, que a cualquier otra ideología. No son iguales, pero pasemos a algunos de los hechos para ver en qué se parecen:

  • Nacionalismo exacerbado
  • Nula tolerancia a la disidencia política. En Italia desaparecieron; en Rusia los hay, pero son marionetas en manos de Putin. En Rusia la libertad de expresión hace tiempo que no existe. Llamar guerra a la invasión de Ucrania se castiga con 15 años de cárcel; hay que decir ese eufemismo de «operación militar especial»
  • Expansionismo territorial
  • Uso masivo de la propaganda
  • Identificación de su propia persona con la nación. Traducido: yo soy Rusia y Rusia soy yo. Mussolini decía que él era Italia.

En esto de las ideologías extremas funciona aquello de que los extremos se tocan y, sin salir de Europa, vemos a esos tiranillos dictadorzuelos de todas las ideologías que tienen a Putin en un pedestal y piensan que sería el gobernante ideal para su país.

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