Si partimos del nombre de su partido: Partido Nacional Socialista Obrero Alemán… ya tenemos una pista. En los
medios de comunicación suelen decir nazi, lo de nacionalsocialista es más largo y les suena peor.
El fascismo nace en Italia de la mano de Mussolini que era dirigente del Partido Socialista Italiano, su padre también lo fue. En 1914 estalla la I GM y observa como los partidos socialistas de Alemania y Francia, supuestamente “internacionalistas” (recordemos su himno, La Internacional) votan en sus parlamentos a favor de sus intereses nacionales, obviando totalmente su ideología «internacional». En Alemania, con más de 100 diputados, el socialista era el que más diputados tenía.
Mussolini, inspirado por esa tendencia nacional funda el fascismo, basado al igual que el comunismo en un estado totalitario, omnipresente. La mayor diferencia es dónde centran su esfuerzo revolucionario: el fascista en la comunidad nacional (lengua, historia común…los nazis añaden la raza) y el comunista en la clase social (el proletariado, la dictadura del proletariado, etc.).
El enemigo a eliminar en el comunismo, (físicamente y a ser posible con violencia), es el burgués, el rico y la propiedad privada y la «explotación». El poder totalitario lo tiene «El Partido».
En el fascismo buscan un líder fuerte, alguien que represente bien ese poder, un caudillo que aglutine y fortalezca la comunidad nacional que prevalece sobre todo, que limpie de elementos «extraños» (judíos, gitanos,…) y rescate a los miembros de su comunidad y lengua «oprimidos» en otros sitios y forme un nuevo imperio dado su pensamiento de superioridad.
En ambos casos, el ciudadano, el individuo, desaparece absorbido por el estado.
La Historia es divertida, indudablemente, y cuando la conoces un poco… te tienes que reír, como por ejemplo, cuando un socialista llama fascista a alguien a modo de insulto: A la familia no se la debe insultar.
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