Recién llegado de Lisboa, quiero compartir un recuerdo especial de su santo más querido, San Antonio. Este santo también es muy venerado en Padua, donde vivió más tarde.
La tradición de los tronos en honor a San Antonio en Lisboa comenzó tras el terremoto de 1755. La iglesia, construida en el lugar de su nacimiento junto a la catedral, quedó destruida. En respuesta, los niños hicieron tronos para pedir monedas y ayudar a reconstruirla.
Con el tiempo, esta costumbre evolucionó. Ahora, los tronos se utilizan para recolectar dinero para golosinas y otras cosas, manteniendo viva una tradición que perdura hasta nuestros días.
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