En 2019, convocados por Ares-Asturias, un grupo de reservistas subimos el desfiladero de Las Xanas. La vuelta se hizo por el pueblo de Dosango y cruzamos Valdolayés, muchos historiadores sitúan allí la batalla de Olalies, donde Pelayo, tras Covadonga, derrotó definitivamente a los musulmanes capitaneados por Munuza a quién también dio muerte. Uno de los altos se llama Peña Rey, en honor a don Pelayo, según los testimonios de los orgullosos habitantes de la zona. Cuentan que vigilaba a los musulmanes desde ese mirador privilegiado sobre el valle y el campo de batalla.
Según Sánchez Albornoz, la batalla tuvo lugar un poco más allá, donde el valle del Trubia se estrecha en Peñas Juntas, pero otros historiadores la sitúan aquí. Además de Peña Rey, otra pista podría ser la lengua: Olalies, Valdolayés,…Se sabe que los guerreros astures se encomendaron a Santa Eulalia en la batalla; en asturiano Eulalia es Olaya. Además se hallaron restos arqueológicos de la batalla, siguiendo los datos de una visita guiada por la zona.
La batalla de Olalies también inclina la balanza a favor de la probabilidad de que don Pelayo fuera un noble local astur sobre la de que fuera un noble visigodo. Tanto por su conocimiento del terreno como se deduce de la batalla como por sus propiedades, terrenos por la zona de Tiñana, que conocemos a través del testamento de Alfonso III El Magno.
Por cierto, el cartel de la zona espero que lo hayan repuesto pues algún gamberro, no me importa de qué religión, lo había destrozado.
Debajo extractos de la revista Despertaferro relativo a estos dos hechos.
1) En cuanto a Munuza, al conocer el desastre de la expedición de castigo enviada contra Pelayo, decide abandonar Asturias por el puerto de la Mesa, siguiendo el valle del río Trubia, pero no logra su objetivo pues son alcanzados por los astures en Olalíes y allí encontraron la muerte. El episodio de Olalíes es la continuación de Covadonga y nos transmite la visión de una Asturias en pie de guerra, con un teatro de operaciones que va al menos desde Onís en el oriente, hasta Proaza en el centro. Pelayo, que dirigió las acciones de Covadonga, debió de organizar también la respuesta en Olalíes, con lo que la imagen de un caudillo local, con fuertes vínculos en el territorio y buen conocedor de ese mismo territorio se refuerza.
2) Se trata del testamento de Alfonso III en el que dona la iglesia de Santa María de Tiñana. Este edificio lo habría recibido su predecesor, Alfonso II como parte de la herencia de su bisabuelo, el propio Pelayo. Así pues, esta noticia confirma que Pelayo era dueño de tierra y propiedades en el centro de Asturias, con lo que estamos ante una persona perteneciente a los escalones superiores de esa sociedad tribal a la que hacíamos mención anteriormente.
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