La pionera Escuela de Aprendices de Trubia tuvo gran influencia en otras, no en vano cuando se inaugura en 1954 la Escuela de Aprendices de ENSIDESA, en Avilés, su plan de estudios era íntegramente el de Trubia, incluido el régimen de sanciones «militar».
Ahora que el Real Juvencia celebra su centenario y que este plumilla se siente orgulloso de haber sido aprendiz y portar la misma elástica que llevaron nada menos que cuatro internacionales 4, que defendieron los colores de España con la Selección Nacional Absoluta, transcribo esta simpática anécdota del libro «Aprendices de Ensidesa: HISTORIA DE UNA ESCUELA (1954-2004) contada por Ángel Luís Ibáñez Alonso.
Realmente chocante también resultaba para los que traíamos la fiambrera con la comida de casa que si te movías comiendo o no le caías demasiado bien a un «enchufao» de Cesáreo el conserje, te decía: «guaje, después que terminen todos de comer quedas a fregar el comedor» y venga, a fregar sin rechistar, porque realmente las manos de aquel protegido intimidaban, ya lo creo que intimidaban. De tarde un buzo, botas y un pedazo de cotón y venga, a desgastar algo que realmente no sabíamos el porqué el de unos era más pequeño que el de otros y que luego nos enteramos que no valía desgastarlo de cualquier manera; había un maestro de taller que se llamaba Aquilino que se encargaba de decirte si estaba bien o mal «desgastao», ponía algo encima, miraba al trasluz y te decía «Chavalín por aquí debajo pasa un gato con el rabo alzao» venga, a desgastar otro poco a ver si para la próxima por lo menos ya no pasaba el rabo. Por cierto, los lunes era el peor día para ver si pasaba el gato o no, sobre todo si perdía su Juvencia de Trubia.
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