El caso único de dos Premios Elorza ex aequo

Dedicatoria del libro que se cita de Santos Cañal

Una pequeña introducción a las primeras Escuelas de FP del mundo

En España, en general, divulgamos muy mal nuestra historia. En muchos casos, como en el que nos ocupa, deberíamos de sentirnos orgullosos, ya que estamos hablando de las primeras Escuelas de Formación Profesional del mundo y más ahora que está de moda la FP Dual de la que somos, pues, los pioneros.

Cierto que las fábricas de armas de Trubia y Oviedo tienen muchos paralelismos, si bien la primera Escuela de Aprendices es la de Trubia. La constitución de la misma se publica en la orden el 1 de enero de 1850 y se fija la fecha del 7 de enero para el comienzo de las clases. La de Oviedo, tal como relata Santos Cañal en su libro sobre la Escuela1 comienza en 1891. En otro delicioso libro, Nuestras Fábricas: Oviedo el comandante artillero Oliver-Copóns2 señala la misma fecha de 1891.
Aunque nos encontremos con autores, algunos serios, que señalan 1875; pero la ausencia de acompañamiento de datos, a dicha fecha, hace sospechar que la copiaron unos de otros, dándola por buena, y ahí lo dejaron.

La creación del Premio Elorza en 1.944

El general Elorza ya había pedido, en el texto fundacional de la Escuela, que los alumnos destacados tuvieran, en el mismo Establecimiento, ventajas que proporcionaría el verdadero mérito «según el plan de recompensas que oportunamente se establecerá»

En la orden de 1944 ,curiosamente, se señala que para celebrar el centenario de la primera Escuela de FPO en Trubia creada por el general Elorza en 1844 se instaura el Premio Elorza. No fue en 1844, sino en 1850; pero veamos el porqué de ese1844: los alemanes de la Siemens -que disputan el honor de tener la primera EFPO- dicen que la suya empezó un poco más tarde en 1850, pero en 1849 ya se daban clases.
Seguirían perdiendo, ya que cuando Elorza llegó a Trubia en 1844 ya comenzaron las clases, cuestión perfectamente documentada.3

En la introducción de la orden se señala que se hace para honrar la memoria de su fundador General de Artillería don Francisco de Elorza, ilustre figura científico-militar del siglo XIX. Recordemos que Elorza, en pocos años, realizó una transformación asombrosa en la Fábrica, tal como se demostró en las pruebas de tiro al compararlos con cañones extranjeros. En torno a 1850, los cañones de Trubia tenían unos estándares iguales o mejores que los de cualquier otro país.

El premio se creó para todas las escuelas de los Establecimientos Militares y se adjudicaría al alumno que más brillantemente terminara los estudios.

¿ En qué consistía el Premio Elorza?

Caja de Premio Elorza de Antonio Miranda, comandante y licenciado en Químicas. Hace ahora 40 años tuve la fortuna de que fuera mi jefe en el Taller de Municiones de la factoría trubieca. En la Delegación de Defensa de Oviedo se expone una de La Vega junto con otros trabajos de los Aprendices.
  • Una cantidad en pesetas igual al triple de alumnos que haya en cada escuela al inicio de cada curso
  • Entrega de un diploma con toda solemnidad al acabar el curso

Dicha orden no recoge el mayor premio que se daba: comenzar a trabajar inmediatamente en la factoría como oficial de 3ª con contrato fijo. A veces, dependiendo de las necesidades de la producción, sólo entraba el Premio Elorza y el resto de compañeros tenían que esperar según se fueran produciendo vacantes.

Otro premio que no recoge la orden es la Caja de Herramientas que elaboraban sus compañeros aprendices de primero y segundo año. Era una caja de nogal laqueado con esquineras, cierre y asa de latón.
Asimismo, se le concedían ayudas al estudio. En Trubia le pagaban la carrera que eligiera, esto se mantuvo hasta mediados los años 60. En Oviedo, indagado el asunto, me informan que no se hacía.
Aunque las ayudas al estudio estaban generalizadas.

El caso único del Premio Elorza compartido de los aprendices Rivera y Falcón

En la promoción de Aprendices de la Fábrica de Armas de Oviedo o de La Vega, como se la conoce popularmente, se dio un caso, que -hasta donde yo llego- nunca se había dado ni se volvió a dar.

Estaban tan empatados en todo que ese año hubo dos números uno: José Antonio Álvarez Rivera y Ernesto Falcón Suárez. Aunque sólo el primero recibió el diploma del Premio, ambos entraron en la Fábrica a la vez al tener la consideración de número uno. Recordemos que sólo el premio Elorza tenía la entrada garantizada y ese año, en la promoción de 1972-1975, hubo esa excepción ( en Oviedo la formación duraba 3 años y en Trubia 4).
Con ambos tuve la suerte de trabajar, ya que hubo una época en la que una de mis responsabilidades eran los almacenes de Trubia, y la de ellos los de Oviedo. Con ambos guardo buena relación de amistad, aunque por coincidir en aficiones como el tenis y otras, he mantenido más contacto con Rivera -como se le conoce en el ambiente laboral- y al que le agradezco su constante amabilidad, que se extiende hasta el presente por su contrastación de estos datos.
Como muchos otros aprendices hicimos, ellos también hicieron el esfuerzo de seguir estudiando por las tardes y, así, compaginar el aprendizaje con el duro bachiller de 6 años más el COU.
Lo curioso es que, como innumerables veces he constatado- y entre ellos se volvió a constatar- pese a la competitividad, SIEMPRE la amistad y la ayuda estuvieron por encima. No es de extrañar, pues como dice Santos Cañal, son dignos representantes de esos caballeros del trabajo.
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1) Sobre la de Trubia hay una gran recopilación, auténtica enciclopedia, un libro de casi 3 kg. y perfecta edición, en tapa dura que hicieron mis buenos amigos Suárez y Sarasola, qepd, ambos. La tirada es muy limitada, ya que sólo atendieron a los que se lo encargamos dado su elevado coste. Una buena parte de lo que aquí se relata no sería posible sin su gran labor.

2) El comandante da detalles muy curiosos y, sobre todo, transmite en sus líneas el cariño que tenía hacia la fábrica. No puedo dejar de agradecer a otro aprendiz de La Vega, Javier Ordás, curiosamente de la misma promoción de los dos aquí reseñados, por tan buen regalo en forma de libro.

3) Comenzaron a impartir clases teóricas en horario nocturno, a jóvenes previamente seleccionados, los Capitanes del Arma de Artillería Eliseo Lóriga, Víctor Marina y Doroteo de Ulloa.

* La imagen destacada se corresponde con una recreación del documento de creación del premio hecha por Enrique Valdés y publicado en el libro de Suárez y Sarasola.

Los 4 años de Aprendices de Trubia en 1943. Está el coronel Salgado, a su izq. el capellán castrense De La Villa y un joven coadjutor Antonio Flórez, don Antonio, quien sería mi querido profesor de Religión en los 70.

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