I Marcha Memorial capitán (RV) Tino Muñiz
Podíamos decir que el memorial tuvo: la marcha en sí, la ofrenda ante la Virgen de Covadonga, la posterior comida en el Gran Hotel Pelayo y para finalizar la visita al excelente cuadro de Ferrer-Dalmau que recrea los 1.300 años de la batalla de Covadonga.
Los 30 asnos salvajes dirigidos por Pelayo, de los que hablan despectivamente las crónicas musulmanas, dieron lugar unos cuantos siglos después, en tiempos de Felipe II con la unión de los imperios español y portugués, al mayor imperio jamás conocido.
El cuadro gana mucho en directo sobre buenas cámaras y sus fotos (no digamos sobre la mía con el móvil).
Extraordinaria explicación sobre el cuadro y sus detalles de nuestro camarada Otazu.
Iván Vélez dice sobre el cuadro, en el que la cueva actúa de reclamo para atraer al enemigo a la emboscada: Con su habitual rigor histórico, los pinceles de Ferrer Dalmau recogen la carga cristiana sobre los sarracenos, las miradas de espanto y de dolor de los combatientes.
En la escena destaca la poderosa presencia de don Pelayo, pero también de la cruz y la espada, sobre los que se asentó la Reconquista.
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