En la anterior entrada hablábamos de los orígenes del Carro Ligero Trubia, ahora veremos alguna de las características del prototipo. Un prototipo que se presentó por sorpresa al Ejército. Recordemos que el coronel director Víctor Pérez Vidal había dado el Vº Bº siempre y cuando se usasen los materiales que ya había en la fábrica, o se pudiesen obtener de ella, ya que no había presupuesto. Se fabrica en el antiguo Taller de Escarpa de la factoría.
El motor que se le instala es un Hispano Suiza de 50 CV, lo había porque era el motor con que se equipaba al camión reglamentario del Ejército. El armamento del que se le iba a dotar era la misma ametralladora del Renault F17, una Hotchkiss de 7mm, y que se fabricaría en la Fábrica de Armas de Oviedo. Esta ametralladora fue profusamente usada por ambos bandos en la Guerra Civil, era la reglamentaria del Ejército. En cuanto al blindaje, acero al cromo-níquel, templado en aceite, con 18 mm de espesor, más que suficiente para los estándares de la época.
El prototipo, ya vimos que montaba las ruedas tractoras y tensoras a la misma altura dándole esas cadenas paralelas muy diferentes a las F17 en el que se basa. Curiosamente, la modificaron copiando un avance de los alemanes, basado en unos carros, auténticos monstruos de acero de 150 toneladas, que nunca llegaron a terminarse porque la I GM se acabó y estaban a medias de hacer. Pero, a veces, los avances no son tal y fue el auténtico talón de Aquiles de todos los fabricados a posteriori. De haber preservado la cadena original del prototipo, muy probablemente, les hubiera ido mejor.
Dejamos los datos ya, nada más lejos de mi intención que abrumar al lector con ellos. Sólo añadir que pesaba 7,8 Tm, de largo 5 m, anchura 1,60 m y de alto 2m.
Aprovecho para quien tenga oportunidad, el próximo jueves, Artemio Mortera, quien más sabe de todo lo relativo al Trubia, dará una disertación sobre el mismo en el Teatro Casino de Trubia, 19 h.
El coche del coronel en el baile de Grado (cedido a Zenón y Alzueta)
Dejamos al capitán R. de Toledo y al maestro R. Areces recorriendo países europeos en pos de innovaciones, pero en Trubia había un grupo de ingenieros, mecánicos y obreros especializados muy destacados. Dos de ellos Zenón Solar y Constantino Alzueta, a los mandos del tractor en la foto de arriba, eran maestros de fábrica muy avezados.
Tan buenos mecánicos eran que el coronel director les dejaba su coche para ir al baile a Grado, con la condición, eso sí, de que se lo mantuviesen a punto. Dado los pocos coches que había en la época y que el coche del coronel destacaba y era muy conocido, éste de su puño y letra extendió un documento certificando la cesión, no fuera que la Guardia Civil los parase, ya que era fácil que pudieran pensar que habían robado el coche.
Dedicado con cariño a Marisa, la hija de don Constantino Alzueta (qepd), trubieca de pro, que me distingue con su amistad.
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