Belfast en el recuerdo de Irlanda

El balcón del Ayuntamiento de Belfast lucía anoche el rojo y el amarillo de España, y no pude evitar recordar mi reciente paso por esa ciudad, permítanme una pincelada de mis recuerdos. Los amigos de Héroes de Cavite Ireland me comentan que tenemos un buen cónsul en Belfast, responsable de estos gestos tan simbólicos y agradecidos.
Ya había estado en Irlanda del Norte en 2019, en Derry. Así que esta vez conduje por la izquierda hasta un poco más lejos y llegué a Belfast, a finales de septiembre.
Los de mi generación no podemos menos que acordarnos del pegadizo tema de Bonney M. levantábamos los brazos en las discotecas y gritábamos «Belfast» con toda la energía de nuestra juventud. Servidor sabía lo que pasaba en Irlanda del Norte y las innumerables muertes que allí había, pero sabiendo poco inglés (éramos de francés) y más interesados en ligar que en ninguna otra cosa, no captábamos el verdadero trasfondo de la canción.

Foto de hace pocas semanas.

La comunidad católica en Belfast, minoritaria en los años 70, sufría muchísimo y el IRA encontraba apoyo en esa situación.
Se levantaron muros, que allí siguen (parece mentira) en 2024, para dificultar los enfrentamientos directos. Tras los acuerdos de Viernes Santo de 1998, la situación está calmada, pero no resuelta. El 51% de la población de Belfast es hoy católica.
En cualquier caso, los habitantes de los barrios protestantes (unionistas con el Reino Unido) y los católicos (republicanos, que buscan la reunificación con Irlanda) siguen teniendo que dar, a veces, grandes rodeos para pasar a los barrios vecinos de la otra confesión.

Los muros, tanto en los barrios católicos como en los protestantes, hoy tienen murales muy curiosos.
En mi visita a Falls Road, en la zona católica, tomé algunas fotos que reflejan la transformación de estos espacios, convirtiéndose en símbolos de la historia y la cultura de la ciudad.


2 Comments

  1. Como siempre, un artículo muy interesante, y que nos aporta conocimientos para comprender un poco la realidad de aquel país

    Gracias por seguir escribiendo, Antonio

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