Aguas hermanas Irlanda (Art. LNE)


Opinión

Aguas hermanas en la costa de Irlanda

El homenaje a la Gran Armada en el aniversario del naufragio de Streedagh, con 1.100 fallecidos

Aguas hermanas en la costa de Irlanda

Aguas hermanas en la costa de Irlanda

En las costas del condado de Sligo (Irlanda), donde las olas rompen contra la cercana playa de la localidad de Grange, se mantiene vivo el recuerdo de la Gran Armada. Este homenaje anual no solo recuerda los restos de los barcos que naufragaron allí en 1588, sino que celebra una relación histórica y cultural entre dos naciones que, a lo largo de los siglos, han compartido más de lo que el Atlántico separa.

La historia de la Gran Armada en el condado de Sligo.

En septiembre de 1588, tres barcos de la Gran Armada, La Lavia, La Juliana y Santa María de Visón, naufragaron contra las rocas en la zona de la playa de Streedagh. Tras echar anclas con la esperanza de recoger víveres y agua, esa noche se desató una tormenta descomunal que rompió sus amarras y los arrastró a un trágico destino. De los más de 1.100 hombres a bordo, 800 se ahogaron y 300 supervivientes, muy debilitados en su lucha por no perecer ahogados, fueron capturados y ejecutados por las fuerzas inglesas locales. Entre los pocos que lograron escapar, destaca el capitán Francisco de Cuéllar, quien, después de una odisea de supervivencia entre los clanes irlandeses, logró regresar a España y relatar su experiencia en una carta dirigida a Felipe II.

Mi visita en 2019.

En agosto de 2019, viajé a ese lugar de Irlanda atraído por su historia, para rendir homenaje personal y también en el de la asociación Ares de Reservistas Españoles en Asturias, a los marinos de la Gran Armada. Aunque mis obligaciones laborales me impidieron asistir al acto oficial del día de San Mateo, el 21 de septiembre, fui recibido cálidamente por Eddie O’Gorman, alma máter de Spanish Armada Ireland, los organizadores de estos actos que mantienen vivo el legado y la memoria de los marinos fallecidos. Juntos visitamos la playa de Streedagh y el monumento en honor a los españoles caídos. Fue una experiencia significativa que me permitió conectar con la historia y el legado compartido entre ambos países.

El homenaje de este año.

En esta ocasión, el homenaje tuvo una novedad: la inauguración de un obelisco conmemorativo en memoria de los marinos de la Gran Armada. Este nuevo monumento, al lado mismo del ya existente, se erige en la playa de Streedagh y fue el centro de los actos conmemorativos, destacando aún más la importancia de la historia compartida entre Irlanda y España. Camino de su segunda década, este homenaje se ha consolidado como una cita anual que une a ambas naciones. La presencia del Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA), Antonio Piñeiro, máxima autoridad de la Armada española, y la de su homólogo irlandés, el comodoro Michael Malone, realzó la ceremonia de este año.

Además, la participación de un buque de la Armada Española, que suele estar presente en estos actos, otorga un gran realce y simboliza la continuidad del vínculo naval entre ambos países.

El contexto histórico y la potencia naval española.

Aunque la Gran Armada no cumplió con sus objetivos, la potencia naval de España siguió intacta. Los galeones, los barcos de guerra, llegaron casi todos, lo que permitió que España continuara siendo la gran potencia naval en aquellos años.

Por otra parte, hay tradiciones culturales que han conectado partes de España a Irlanda a lo largo de los siglos. Aunque la relación celta está en parte envuelta en mitos, elementos como la gaita, muy presente en Galicia y Asturias, o la sidra, son símbolos que, si bien no exclusivamente celtas, forman parte de la identidad cultural de estas regiones atlánticas. Las corrientes oceánicas, que fluyen desde el norte de España hacia Irlanda, han facilitado el intercambio cultural y fortalecido las conexiones entre estas tierras a lo largo de los siglos.

De la misma manera, en 1589, la expedición lanzada por Inglaterra, conocida como la Contra Armada, resultó ser un desastre monumental. De los 28.000 marinos que partieron de los puertos ingleses, solo 3.000 regresaron después de sufrir derrotas devastadoras en La Coruña y Lisboa. Este episodio, a menudo ignorado o distorsionado, ha sido revelado en gran parte gracias al trabajo de historiadores como Luis Gorrochategui, cuyo libro «Contra Armada» expone la magnitud del desastre y su verdadero impacto.

Conclusión.

El homenaje a la Gran Armada en Irlanda no es solo un tributo a aquellos marinos que perecieron, sino también una celebración de las conexiones históricas que nunca han dejado de latir. Queda mucha historia por contar, pero como escribió el intrépido capitán Cuéllar al finalizar su carta a Felipe II: «Esto es lo que he querido escribir a vuestra merced». No sin antes recalcar que estos actos refuerzan los lazos de unión a través de los vínculos compartidos, tanto de historia como de simpatía.

 

 

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