Mañana, 11 de septiembre, comienzan las clases donde estaba la Escuela de Aprendices; por extensión, y por algún tipo de herencia sentimental imaginaria, mi edificio y el de unos 4.000 aprendices más.
Aprovecho para desear un nuevo curso a todos en general y, en especial, a mi camarada Otazu, nuevo jefe de estudios, capitán (RV) de nuestra Infantería de Marina y que ,como gran profesor de Historia que es, a buen seguro que le recordará a sus alumnos que es la más antigua del mundo. Se conjugan, por tanto, la venerada herencia de la primera infantería de marina y de la primera Escuela de Formación Profesional Obrera que en el mundo hubo.
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