En el verano del 36, en pleno estallido de la Guerra Civil, los trabajos en la convulsionada Fábrica de Trubia se ralentizan.
En agosto de ese año, el capitán Cuartero, destinado en Trubia, va comisionado a Vizcaya para encargarse de la fabricación de materiales de guerra que se precisaban para mantener el Frente Norte. Viendo la eficacia de dicho capitán lo nombran director de las fábricas de guerra de la zona. Están de acuerdo tanto los mandos militares como políticos, cosa infrecuente.
La Sociedad Española de Construcción Naval en Sestao, por hallarse en ese momento en zona más segura, decide fabricar el carro; para ello el capitán y el maestro de La Naval José Rufo llegan a Trubia al objeto de recabar toda la documentación técnica existente.
El carro a fabricar era descendiente del Trubia L.A. nº1. Llevada la documentación a Bilbao tratan de ver las diferencias entre ambos. Como veremos son tan solo pequeñas diferencias, pero aún así lo quieren denominar «Tanque Constructora Naval». Cuartero defiende, dadas las similitudes, que se le llame «Areces-Trubia». En esta disputa se pide la mediación del señalado maestro de Trubia Constantino Alzueta que, por diversos destinos laborales, comisionado desde Trubia, se encontraba a la sazón en la zona. Dado que había participado directamente en el proyecto constató las mínimas diferencias entre el carro sestaotarra y el trubieco. Muchas de las variaciones las había introducido él mismo en los planos.
El enigmático F8H
El momento final llegó con el plano de la caja de cambios que, comentaban, podría contener importantes diferencias. Él lo conocía perfectamente, y ya un tanto cansado de explicarse sobre unos planos prácticamente iguales, se fijó en el pie de plano donde figuraba al lado de la escala y demás anotaciones un enigmático F8H.
Lanzó entonces la pregunta, ¿saben lo que significa F8H? Los que estaban comparando los planos eran todos ingenieros y técnicos. Las letras F y H se usan profusamente en la técnica, p. ej. para la fuerza y la altura; el 8 también tiene su potencia en la numerología, todo esto dio origen a un intenso debate, con teorías de todo tipo, muchas descabelladas.
Alzueta lo sabía y lo había contemplado de primera mano, tanto que el técnico de Trubia lo había dibujado en su compañía. El delineante que lo plasmó era un as del dibujo; no usaba ni regla ni cartabón, era capaz con su tiralíneas de trazar todo, perfectamente, sin ningún auxilio. Eso sí, presionado y enfadado por la urgencia del encargo hecho por sus mandos para dibujarlo muy rápidamente plasmó su malestar en esa anotación que tanta discusión estaba causando. Su significado no era otro que Fechu en 8 Horas, tal como se diría en el asturiano de la zona de Trubia.
Esto zanjó cualquier nueva discusión sobre otro plano y se llegó al acuerdo de denominarlo «Trubia construido en la Constructora Naval» que derivaría en el Trubia Naval que aún llega a nuestro días.
Como algunos tratan de deformar la historia se puede encontrar algún texto con «Carro Euzkadi». Las mentiras tienen las patas cortas y como el Ejército del Norte siempre se refirió a él, en todos sus partes, como «Trubia» a secas; las patas cortas dan poco recorrido y así es como normalmente se le conoce, simplemente Trubia.
Especial mención, de nuevo, a la trubieca Marisa Alzueta, memoria viva de las amenas anécdotas de su padre.
Dedicado a los » The Three Amigos» sin cuyo impulso emprendedor nada de esto hubiera sido posible: capitán Ruiz de Toledo, comandante Landesa y coronel Pérez Vidal, iniciativa personal que hasta les costó dinero de su bolsillo. Nos vuelven a demostrar, una vez más, que «Where there is a will there is a way»; o sea: querer es poder.
Fuentes:
https://elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?t=3390
Artemio Mortera » Los carros de combate Trubia (1925-1939)»
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