Señalizar los pozos de tirador de la Guerra Civil que existen en una zona situada entre Llera y Santa María de Grado para que no desaparezcan y pueda preservarse con ellos una parte de la historia y patrimonio del concejo. Es una de las propuestas que defiende ARAMA (Asociación para la Recuperación de la Arquitectura Militar en Asturias) ante la singularidad de los 44 que están localizados y constituyen un ejemplo único por su gran número y disposición, explica Antonio Cuestas, del colectivo.

«La cantidad de pozos de tirador de Grado es algo que no se conoce de momento en otros lugares. He consultado a varios expertos de la Guerra Civil y hasta el momento no se sabe de otra zona con un número tan elevado. Es imprescindible señalizarlos por su carácter único y para evitar cualquier destrucción, ya que son simplemente excavaciones en tierra, sin hormigón ni otra construcción que pudiera ser más duradera», indica.

Parece claro que en el lugar hubo combate, pues se han encontrado numerosos vestigios de ello, cartuchos y diferentes tipos de munición, entre otras cosas. «Entre los descubrimientos se encuentran cartuchos de fusil Lebel (francés) y Mannlicher 8x50R (austriaco). La munición Lebel, fabricada en 1918 por la compañía estadounidense Western Cartridge Company, fue utilizada tanto por las fuerzas republicanas como por los nacionales, quienes llegaron a hacerse con partidas de fusiles republicanos, usándolos preferentemente en unidades de retaguardia», señala Cuestas.

Los cartuchos Mannlicher llevan grabada la fecha de 1917 en la base del cartucho. Aunque no eran exactamente iguales, ambas municiones, al entrar en la recámara del fusil Lebel, podían dispararse con el mismo fusil. Ahora bien, hacerlo conllevaba un riesgo. «El cartucho austriaco podía ser disparado en el fusil francés, aunque existía una alta probabilidad de que la vaina reventara, lo que podría tener consecuencias desagradables tanto para el tirador como para el arma», añade. Dado que la munición se encontraba en las inmediaciones de los pozos, «cabe suponer que fue utilizada por los atacantes, es decir, del bando nacional».

Con la ayuda de un gran experto en la materia, el presidente de ARAMA, Artemio Mortera, se identificaron claramente los diferentes tipos de munición hallados. «Estas municiones reafirman que la zona fue escenario de importantes enfrentamientos. Hay también abundantes restos de proyectiles de artillería, lo que confirma la presencia de diferentes batallones en la zona, hasta que las unidades se estabilizaron tras la ofensiva republicana de febrero-marzo de 1937», añade Cuestas.

Este ha encontrado también «munición de 9mm largo, correspondiente probablemente a la pistola Astra 400, reglamentaria en el ejército español durante la Guerra Civil». «Aunque cabe la posibilidad de que corresponda a otra pistola española, la Star, empleada por la Guardia Civil», precisa.

El Ayuntamiento de Grado conoce la existencia de los pozos «gracias a su entusiasta cronista y gestor del área de Cultura, Gustavo Adolfo Fernández, quien quiere señalizarlos e incluirlos en la Ruta de las Fortificaciones», destaca el responsable de ARAMA, que plantea que se lleve a cabo una excavación arqueológica en la zona.

La excavación podría aportar más información «sobre los casos y cosas que allí tuvieron lugar». «Los hallazgos hasta ahora revelan solo una pequeña parte del vasto patrimonio histórico que aún queda por descubrir, y su conservación es fundamental para el conocimiento de las generaciones futuras», concluye Cuestas.
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